En la Noche de los Campeones, Randy Orton demostró por qué todavía se considera el Depredador de la WWE. Acabando con las duda sobre si La Víbora ha perdido su veneno, Orton pudo con Chris Jericho en una batalla muy personal entre dos de las superestrellas más condecoradas. Orton selló la victoria no sólo con un simple RKO, sino con un RKO ejecutado en el aire.
El choque se decidió por la sugerencia de Jericho sobre que todo el éxito de Orton se le ha regalado a lo largo de su carrera, a lo que La Víbora respondió con una emboscada por detrás del escenario. Después hubo 'superplexes', escaleras de acero y mesas de retransmisión rotas, todo entrando en juego en medio de la intensidad de la pelea. Ambas superestrellas sacaron sus más sensacionales movimientos: Y2J ejecutó un 'Lionsault' y estuvo a punto de que La Víbora se rindiera ante los Muros de Jericho, mientras Orton ponía en marcha su 'powerslam' y un terrible DDT.
El combate dio un giro oscuro cuando Jericho, después de estrellarse con su hombro por primera vez contra la esquina, volvió a ser arrasado. Siniestramente, Orton se tocó la oreja, casi burlándose de los 'Jerichoholics', antes de escabullirse de vuelta a la esquina opuesta, preparándose para su temible patada. El veterano Y2J, sin embargo, vio venir el ataque y contraatacó quedándose a las puertas del triunfo.
Después llegaron más puñetazos, seguidos de gritos de "Y2J" por parte de los aficionados y, sin embargo, llegó otro momento importante. Cuando parecía que Orton se estaba preparando para el RKO, Jericho sabiamente escapó de nuevo, esta vez ejecutando su 'Codebreaker'.
Jericho se encaramó a la tercera cuerda, pero esa estrategia resultaría ser una decisión falso: cuando saltó desde la parte superior, Orton ejecutó un impresionante RKO en el aire, seguido por el 'pinfall' que puso punto y final a un combate que respondió a las expectativas entre dos de los mejores de la historia de la WWE.
