Hace una década, Triple H, Batista y Randy Orton encarnaban el pasado, presente y futuro de los deportes de entretenimiento. Adoptaron el nombre de Evolution por esa razón, pero, a raíz de lo sucedido en WWE Payback, puede entenderse como una broma cósmica. En Chicago, y en un 'No Holds Barred Elimination Match', The Shield derrotó a los que una vez fueron una facción imparable, barriendo a sus enemigos para lograr una victoria por tres a cero que ilustra claramente qué sucedió en el ring.
Y es que cuando un combate se sale del ring en el primer minuto de acción, sabes que estás preparado para vivir un momento tremendo. Desde la campana inicial, tres peleas separadas se vivieron en la arena: Reigns y Batista en la parte superior de la rampa de entrada, Ambrose y Orton en el ring y Rollins y Triple H al lado de los aficionados.
Finalmente, las seis superestrellas se tomaron un segundo para respirar y recuperar cada uno su puesto junto al resto de su equipo. Ahí llegó el momento en el que apareció la estrategia, tanto que casi se podía comparar con una partida de ajedrez.
La ventaja en este momento era de los rebeldes. Puede que Evolution haya sido el mejor equipo en cuanto a números (más campeonatos, más experiencia, más logros), pero The Shield fue el mejor equipo y punto. Y la forma en que aislaron a Triple H en su esquina y se turnaron para sacudirle fue supremo.
Pero, entonces, la cosa se puso fea y Evolution mostró lo que les convirtió en Evolution. Batista masacró a Ambrose en la parte exterior del ring, lanzándole contra las vallas del ring con un absoluto desprecio. En algún lugar de la arena, Triple H golpeó a Rollins con una pantalla de televisión. Y con sus compañeros en peligro, Reigns quedó a merced de sus rivales, que tomaron al líder de los rebeldes y lo tumbaron con su propia maniobra: una Triple Powerbomb contra la mesa de comentaristas en español.
Ambrose y Rollins se las arreglaron para volver de nuevo a la pelea, pero iban a ser neutralizados cuando Evolution descargó sobre ellos un ataque con sillas de acero en la parte superior de la rampa. Un 'Pedigree' de Triple H a Rollins sobre una silla estuvo a punto de acabar con el arquitecto.
De vuelta en el ring, Reigns se encontró una vez más a solas con Evolution, lo que sin duda ya no era una casualidad. En este punto, Batista, Orton y Triple H dejaron claro que no buscaban sólo una victoria, sino que iban a hacer una declaración. Al igual que tres sádicos medievales, quitaron a Reigns el chaleco antibalas y la camisa, lo pusieron sobre las escaleras de acero de acceso al ring y, como un sacrificio humano, se turnaron para desgarrar su espalda atacando con palos de kendo.
Reigns se recuperó atizando a Orton con un puñetazo a lo Superman desde las escaleras, pero Evolution logró tumbarlo de nuevo. La ventaja numérica que tan a menudo y brillantemente han utilizado los miembros de The Shield, fue esta vez usada por los veteranos de la WWE para intentar ganar este combate.
Cuando la pelea llegó otra vez a la parte superior de la rampa de entrada, Orton golpeó a Ambrose con su DDT contra el suelo. Con eso, toda esperanza parecía perdida para The Shield. Y entonces, Seth Rollins lo hizo de nuevo. Apareciendo de la nada, el mecánico se lanzó desde la parte superior de pantalla gigante de Payback en un acto que recordó a lo que hizo en Extreme Rules y arrasó a los tres miembros de Evolution a la vez. Esa fue la inyección de adrenalina que necesitaban los hombres de negro.
A partir de ahí, las seis superestrellas se arrastraron literalmente hasta el ring donde los rebeldes coleccionaron rivales, que comenzaron a caer como adolescentes en una película de "Viernes 13". Batista fue el primero en quedar KO después de permitir que Rollins escapara de una de sus bombas para que Reigns ejecutase uno de sus impresionantes 'spears' para acabar con El Animal. El arquitecto estuvo otra vez a punto de ser el siguiente después de comerse un RKO de Orton, pero Reigns salvó de nuevo a su compañero y La Víbora terminó KO después de sufrir las 'Dirty Deeds' de Ambrose contra una silla de acero.
Sin embargo, Batista y Orton no se fueron en silencio. La Víbora deslizó el mazo de Triple H para que The Game encendiera las luces de Ambrose. Cuando intentó hacer lo mismo con Reigns, perdió de vista a Rollins, quien se lanzó desde la tercera cuerda con un rodillazo a la cabeza. Un segundo después, Reigns apareció desde la esquina con otro 'spear' para acabar con Triple H y completar el 3-0 de The Shield sobre sus enemigos. Caso cerrado.
