Big Show se vio obligado a hacer el último sacrificio el pasado lunes en Raw, perdiendo sus principios y su amistad con Daniel Bryan por el bien de su familia después de que el COO de WWE, Triple H, y Stephanie McMahon lo obligaron a noquear al contendiente No. 1 después de su lucha en el show.
El Universo de la WWE - por no hablar del vestuario - se indignó de manera uniforme por la aparente rendición del gigante al poder de la empresa, pero la verdad es que Show fue dirigido por su fuerza y no por la debilidad.
"Créeme, entiendo lo que piensa todo el mundo", dijo el ex campeón del mundo a WWE.com. "Hay chicos en el vestuario que me admiran y quieren ayudarme a llevar la carga. No sé cómo expresarlo a ellos de otra manera: no estoy en una posición en la que ahora puedo hacer eso. Tengo cosas que son personales e importantes para mí que soy responsable".Como miembro veterano del vestuario, el gigante comanda el respeto y (a veces) el temor de sus compañeros superestrellas y por lo tanto lo hace el blanco perfecto para un régimen buscando a alguien para hacer un ejemplo de ello. Sus problemas financieros y The Game hicieron de las suyas para doblar la voluntad del gigante.