Se cree que el acuerdo propuesto fracasó debido al control que quería imponer WWE sobre el luchador, así como sus actividades fuera de la WWE.
Las autoridades estaban buscando un acuerdo en el cual la empresa iba a ser su máxima prioridad y tendría un cierto control sobre sus actividades externas. Jericho, por otro lado, quería tener un control completo de sus propias actividades.
Jericho estaba abierto a volver a la WWE. El quería trabajar de cuarenta a cincuenta fechas por año, incluso ayudando al programa de desarrollo. Sin embargo, él determinaba los períodos en los que trabajó y estaría estrictamente disponible durante las giras, y la WWE no estaba a favor de eso.